La historia del café
El arbusto de café crece de manera natural en Etiopía, y algunos autores creen que sus frutos eran mezclados con grasa animal por la tribu Omoro para tener energía durante la batalla. No obstante, el cultivo y el comercio del café iniciaron formalmente en Yemen, cuyo famoso puerto de al-Makha o Mocha fue el principal mercado de este producto desde el siglo XV hasta inicios del siglo XVIII.
En sus inicios, el cultivo de café estaba asociado al sufismo, y los derviches lo utilizaban para mantenerse despiertos en sus ejercicios religiosos vespertinos. Con el tiempo, surgieron casas públicas en las que los hombres se reunían a tomar café, a jugar ajedrez, a ver a artistas locales y a discutir temas de política y de filosofía. Estas primeras cafeterías o “escuelas de sabios” sobrevivieron a numerosas prohibiciones por parte de las autoridades y se extendieron por todo el mundo árabe como producto de las peregrinaciones religiosas.
Cuando los viajeros holandeses e italianos llevaron el café a Europa en el siglo XVII, fue declarado como satánico por el clero local hasta que el Papa Clemente VIII, fascinado por su sabor, le dio su aprobación. Las cafeterías se popularizaron en las principales ciudades de varios países europeos y conservaron su reputación de sitios para la discusión de ideas, de tal suerte que se les atribuye la gestación intelectual de distintas revoluciones.
En la segunda mitad del siglo XVII, los holandeses consiguieron semillas de café y establecieron las primeras plantaciones manejadas por europeos en la isla de Java. El alcalde de Ámsterdam regaló una planta de café a los franceses, quienes lograron transportar uno de sus hijuelos a la isla de Martinica tras un viaje marcado por tempestades y ataques de piratas. Los descendientes de esta planta se extendieron por América tropical y son responsables de la mayor parte de la producción de café en la actualidad. En el caso particular de México, el café llegó desde Cuba en 1790 y se sembró por primera vez en Córdoba, Veracruz. También fue introducido a Chiapas desde Guatemala, y a Michoacán desde Yemen.
En la segunda mitad del siglo XIX, la roya del café (Hemileia vastatrix) provocó la pérdida de la mayoría de los cafetos en el sudeste asiático. Hasta entonces sólo se cultivaba el café arábica (Coffea arabica L.), pero los cafeticultores se vieron obligados a adoptar el cultivo de café robusta (Coffea canephora L.) que, si bien tiene un sabor más desagradable y el doble de cafeína, es más resistente a las plagas.
A finales del siglo XIX, Angelo Moriondo inventó la primera máquina de espresso, que fue mejorada por Luigi Bezzera en 1901. Poco después, un belga llamado George Washington fue el primero en producir café instantáneo masivamente. Ambos inventos revolucionaron la forma de consumir café, al facilitar y reducir el tiempo para su preparación.


Referencias
Barter, S.J. 2016. Coffee: an Indian Ocean perspective. International Journal of Area Studies 11(2): 61-81.
Gómez, G. 1894. Cultivo y beneficio del café. Revista de Geografía Agrícola, núm. 45, julio-diciembre, 2010, pp. 103-193.
National Coffee Association. The history of coffee. Recuperado de: https://www.ncausa.org/about-coffee/history-of-coffee.